El 21 de noviembre de 1904 se inaugura el nuevo centro (obra del bermeano Pedro Ispizua) en el paraje denominado “Jardiñe”, en lo más alto del pueblo. A sus aulas concurren 200 niñas becadas por el ayuntamiento junto con unas pocas de pago.
Posteriormente, se construye la iglesia (también de Ispizua), que se corona con una imagen del Sagrado Corazón de cinco metros de altura, sobre una torre de 20 metros, obra del alavés Joaquín Lucarini.